Estos días me ha escrito una alumna de la academia que lleva meses preparándose con esfuerzo y constancia para su oposición. Me decía que últimamente se siente «de bajón«, que está haciendo muchos tests y que comete «fallos tontos«. Que le cuesta seguir motivada y que se pregunta si todo este esfuerzo merecerá la pena.
He pensado que su mensaje refleja algo que viven muchísimos opositores, y por eso quiero compartir hoy estas reflexiones. Ojalá sirvan para ella, para ti que me lees, y para todos los que estáis en este camino tan exigente como valioso.
Bajón
Los bajones forman parte del camino, es así para todos los caminos.
Si es por no ver resultados, está más que justificado. Es normal que te sientas así. Es lo lógico. De hecho, quien me cuente lo contrario no le creería. ¿Cómo vas a sentirte si estudias y dedicas horas a hacer tests y luego ves que fallas las que habías estudiado?
Déjame decirte que los fallos tontos te enseñan más de lo que parece. Nos proporciona una información muy valiosa.
Fallos tontos
¿A qué llamamos fallos tontos? Son esos errores en los que sabías la respuesta, pero fallaste por no leer bien, por nervios o por prisa.
Un fallo tonto no significa que no supieras la respuesta. Todo lo contrario: suele tratarse de conceptos, artículos o procedimientos que conoces bien. Es un error que surge por otros motivos:
- Falta de atención o concentración en el momento.
- Cansancio acumulado.
- Lectura rápida o superficial de la pregunta.
- Estrés o bloqueo durante el examen.
- Exceso de confianza en determinados temas.
Por eso duele tanto detectarlos después, sabemos que podríamos haberlo hecho bien.
Utilidad
Existe un beneficio a saber que cometemos esos tipos de fallos.
Sí, lees bien, hay utilidad en estos fallos. Nos dan información, y solo podemos mejorar sabiendo qué hacemos mal.
En la preparación de oposiciones de justicia, donde el nivel de competencia es alto y cada punto cuenta, aprovechar el aprendizaje que nos dejan estos fallos puede marcar la diferencia.
Cuando revisas simulacros, prácticos o exámenes y ves que el error no fue por desconocimiento sino por uno de estos factores, no lo tomes como un fracaso, sino como una oportunidad de crecer y mejorar. Ahí tienes un margen de mejora real.
Los fallos tontos nos enseñan mucho: nos muestran en qué momentos bajamos la guardia, qué tipo de preguntas nos generan más dudas, cuándo nos juega malas pasadas el cansancio o el estrés. Identificarlos es el primer paso para reducirlos.
Trabajarlos
La pregunta es: ¿cómo trabajar estos fallos para reducirlos?
- Entrena la lectura comprensiva. Muchas veces fallamos por no leer bien la pregunta o las opciones de respuesta. Ahí es imprescindible hacer los entrenamientos en directo.
- Simula el entorno de examen. El estrés no desaparece el día del examen, así que es bueno acostumbrarse a responder bajo presión.
- Cuida el descanso. El cerebro cansado comete más errores automáticos.
- Haz una revisión consciente. Dedica un tiempo en los tests para repasar las respuestas y detectar posibles despistes.
- Analiza patrones. Si sueles fallar en los mismos temas o tipos de preguntas, toma nota y refuerza ese trabajo.
Registro
Aquí entra en juego la importancia del registro.
¿Por qué es tan importante llevar un registro en la oposición? Sí, un cuaderno donde anotar fallos, el tema, el artículo… (haré una entrada solo sobre eso).
Muchos opositores estudian y hacen test cada semana (yo aconsejo hacerlo a diario), pero no todos llevan un registro de su evolución. Y eso sí que es un grave error.
Llevar un registro de tus avances y de tus errores es clave porque te da información valiosa: te dice dónde tienes que mejorar. Y si no sabemos dónde mejorar, vamos dando palos de ciego.
Si anotas:
- Los fallos que repites.
- Los temas donde sacas peor nota.
- Los conceptos que más dudas te generan.
- Cuándo te equivocas por cansancio, estrés o despiste.
Entonces tendrás claro en qué enfocar tu estudio en las siguientes semanas. No se trata de estudiar más, sino de estudiar mejor, con estrategia.
El registro te ayuda a:
- Detectar patrones de error.
- Ver tu evolución real.
- Saber qué reforzar antes del examen.
- Ganar seguridad al ver que mejoras.
Así que ya sabes: cuaderno, hoja de cálculo, aplicación… lo que prefieras. Pero lleva tu propio registro. No es perder el tiempo. Es una de las herramientas más potentes que puedes tener en esta carrera.
Amabilidad
La importancia de la amabilidad contigo mismo.
Si cometes esos fallos, no te machaques. Sé amable contigo mismo. ¡Déjate en paz, coño!
Somos muy autocríticos. Debemos ser más amables, mirar cuánto camino hemos avanzado, cuánto hemos aprendido, cuánto esfuerzo hemos puesto. Un error no puede tirar todo por tierra.
No te castigues por estos errores. Todos los opositores los cometen, incluso los que luego sacan plaza. ¿Te cuento un secreto? Los preparadores, los profesores, los profesionales del Derecho, si hiciésemos vuestros tests, también tendríamos fallos. Y no solo de los tontos.
Lo importante es detectarlos, aprender de ellos y seguir trabajando.
Recuerda: si te has equivocado en algo que sí habías estudiado, es señal de que tu estudio está funcionando. Solo necesitas seguir afinando.
Bajón
Y, llegó el bajón emocional. Sí, consecuencia de los fallos es el bajón, ¡como no podía ser de otra manera!
La humanidad que nos pone a todos en el mismo plano, sin excepción. Es una hostia de realidad. Siempre digo, ¡puta y bendita condicion humana que nos iguala a todos!
Lo primero que quiero que sepas es que es normal sentirte así. No es que te esté pasando algo raro, ni que seas más débil, ni que estés haciendo mal las cosas. Estás en un proceso, y eso significa que hay muchos momentos, y no todos son buenos, agradables o satisfactorios.
Además es un proceso largo, duro, en el que pones todo de ti: tiempo, esfuerzo, ilusiones, renuncias. Y sí, hay momentos en que parece que no avanzas, que te atascas, que dudas de todo.
Eso no significa que no valgas para esto. Significa que eres humano.
Los bajones no son el fin del camino. Son parte del camino. Y cada vez que los superas, sales más fuerte.
Y es que, el opositor olvida que la vida también es así. Estás tan centrado en tu oposición que olvidas que así como te sientes, no ocurre solo en la oposición. No es exclusivo de la oposición: es la vida.
A veces creemos que este vaivén emocional es exclusivo de opositar, pero no es así. La vida es así. Siempre habrá momentos de duda, de cansancio, de sentir que no puedes más. Lo importante es saber que eso también pasará, que no dura siempre, que forma parte del proceso de aprender, crecer y lograr objetivos, que forma parte de vivir.
Ventaja
La ventaja enorme de estos fallos tontos es el valor que tienen.
Cuando me cuentas que cometes fallos tontos al hacer test, yo leo otra cosa: que te sabes el temario y, saco una conclusión: tienes identificado el problema. ¡No sabes lo importante que es eso!
Si no te lo supieras, no habría fallos tontos: habría preguntas que ni sabrías por dónde coger. Los fallos tontos suelen ser fruto de la prisa, de la fatiga mental o de no haber interpretado bien la pregunta. Y todo eso tiene solución.
No necesitas volver a empezar de cero. Necesitas entrenar la concentración, aprender a leer con más calma, identificar patrones de preguntas. Eso se afina con práctica.
Es un problema técnico, no de conocimiento. Y eso es una gran noticia, porque es más fácil de corregir.
Miedos
Y aquí entran los miedos y la confusión, sí, y es que los miedos y la confusión son señal de que te importa, de que quieres seguir ahí.
A pocos meses del examen es normal que te asalten las dudas: ¿habrá merecido la pena? ¿Me caerá lo que mejor llevo? ¿Seré capaz ese día? ¿Y si me bloqueo?
Si te haces estas preguntas es porque te importa. Porque has trabajado mucho. Porque tienes algo que perder, y porque te estás jugando mucho. Eso es normal. Y no es señal de debilidad, sino de compromiso.
Recuerda que no estás solo en estos sentimientos. Todos los opositores pasan por ahí. Y se sale.
Solución:
constancia, hábito y recordar qué te hizo empezar.
No te voy a decir que «todo es posible» sin esfuerzo, ni que basta con «pensar en positivo». Este camino se recorre con hábito, constancia y un motivo (que no significa la motivación ¡happy flower!).
El éxito es el simple hecho de no rendirse en los días malos. Días que todos tenemos. Y es que los días malos no son el final: son el momento en que más se construye.
Cuando más cansado te sientas, cuando más te tiente la idea de dejarlo todo, recuerda por qué empezaste este camino. Vuelve a esa razón profunda que te empujó a opositar. Ahí está la fuerza que te sostendrá hasta el final.
Cuando peor estás, es cuando más necesitas recordar qué te hizo empezar.
Recordatorio
Este camino es duro, sí. Pero también te está enseñando mucho más de lo que imaginas. Cada fallo tonto, cada día de bajón, cada miedo, son parte de un proceso de crecimiento. No son señal de fracaso, sino de aprendizaje.
Sigue adelante. No estás solo. Y cuando algún día mires atrás, verás que sí mereció la pena.
Dedicado a Vanessa 🌼
* Recuerda que el lunes 9 de junio haré un directo de Instagram para hablar sobre estos temas.
@academia_ruthgalvan
Me encanta tu blog. Todo un descubrimiento.
¿Podrias publicar sobre recursos en penal?
¡Gracias!
Gracias, Sofía.
Me apunto una entrada sobre recursos en penal, aunque el tema daría para más de tres entradas.
Nos leemos en el blog 💙🧡🩵
Cuando vienen los bajones, los miedos y la incertidumbre, me acuerdo de Ruth, de sus enseñanzas, de sus bromas, de sus historias, de su buen humor, de todo lo q ella nos transmite en general y se me pasa todo, para mí empieza a ser un referente de lucha y trabajo.
Me ha gustado mucho lo que has escrito en este blog. Gracias por compartir tanto con nosotros ❤️❤️❤️
Me ha encantado este. Y yo me machaco mucho con los fallos que me sé la respuesta pero fallo. Me castigo. Pero voy mejorando mucho con tus consejos con el descarte.
Los fallos tontos son los peoreees!!! Pero por otro lado significa que nos lo sabemos! Pero es verdad que desmotivan y cuando viene el bajón se junta todo! Gracias por darnos herramientas y apoyo emocional para sobrellevar este camino 💪🏼
¡Totalmente de acuerdo, Beatriz! 🙌
Los fallos tontos son los que más rabia dan 🤦♀️… pero como bien dices, si nos damos cuenta es porque ¡nos lo sabemos! 💪🏼. Y claro, el bajón a veces viene, es normal… por eso estamos aquí, para aprender, mejorar y apoyarnos en el camino 💙🩵🧡.
¡Seguimos juntas! 🚀
Hoy, después del simulacro, se han dado todos los componentes: bajón, los fallos tontos, la autocritica….pero como tú dices Ruth «se llora 10 minutos y a seguir». Pero si es cierto hay veces que tengo la sensación de dar pasos hacía delante y muchos hacía atrás como los cangrejos 🦀 , pero de lo que no tengo dudas es que con tu ayuda lo voy a conseguir.
Muchas gracias por todos tus consejos y tu apoyo .
💙 ¡Qué bonito leerte, Rocío!
Es normal sentir ese bajón después del simulacro, es parte del proceso. 🔷 Lo importante es justo lo que digo en clases «llorar 10 minutos y a seguir».
🟠 Y aunque a veces parezca que vamos como los cangrejos 🦀, te aseguro que cada pasito cuenta. Confía en ti, que yo confío muchísimo en ti. 💪 ¡Vamos a por ello!
Hola Ruth, ayer en el simulacro de auxilio judicial, tuve muchos errores, en parte porque fue mi primer simulacro de examen y no sabia como hacerlo.Empece a responder a todo y dejando aquellas que dudaba, pero las que respondí mal, me restaron puntos.No comente nada por el chad cuando preguntaste cuantos puntos habíamos hecho, porque había tenido un mal día en el trabajo y con la nota que tuve en el simulacro me vine abajo del todo.Gracias a tu blog, porque cuando pienso en tirar la toalla, recuerdo el porqué estoy opositando.Empece en agosto del año pasado contigo y veo que mis compañeras tienen muchísimo más nivel que yo y las admiro, porque no sé cómo seguir con el trabajo de 9 horas, llevar una casa y estudiar 4horas, pero en parte me haces olvidar de todo cada tarde que estoy en tus clases.Gracias nuevamente por este blog, un beso grande.
💙 Gracias Rosa, de corazón por abrirte así… te leo y se me pone un nudo en la garganta, porque sé muy bien lo que es estar en ese punto: trabajar tantas horas, llevar una casa, estudiar a contrarreloj… y aún así sacar fuerzas para seguir.
El primer simulacro siempre cuesta, y es normal que salgan errores, ¡estás aprendiendo a enfrentarte a ese tipo de examen! Eso ya es un paso enorme. Y lo más importante: estás aquí, no has tirado la toalla, y sigues luchando. Eso te hace muy grande. 🙌
No te compares con nadie, cada uno lleva su propio camino. Lo importante es no rendirse, aunque a veces duela y el día pese más que el temario. Y si mis clases o el blog te ayudan un poquito a llevarlo mejor… ya me siento feliz. 🧡
Sigue, poquito a poco, día a día. Estoy muy orgullosa de ti, de todo lo que haces y de todo lo que has avanzado desde agosto. ¡Y te prometo que todo este esfuerzo tendrá su recompensa! 💙✨
Un beso enorme, aquí me tienes para todo. ¡Nos vemos en clase! 🌟